El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una alteración del desarrollo, que puede dar lugar a dificultades en las habilidades sociales, de comunicación y de conducta.
Sólo en España, hay cerca de medio millón de personas con esta alteración, y la cifra va en aumento. Las personas con autismo presentan síntomas muy diferentes (de ahí el término «espectro»), como dificultades para mantener una conversación, movimientos o palabras repetitivas, obsesión por determinadas rutinas… algunas personas autistas nunca llegan a aprender a hablar.
El autismo es un trastorno neurobiológico muy complejo, con un origen genético y posiblemente medioambiental, y dura toda la vida. A veces se clasifica como una discapacidad del desarrollo ya que puede comenzar antes de los tres años. Por eso, aunque no tiene cura como tal, es muy importante la atención temprana. Son necesarios diferentes enfoques en función de las distintas características de la persona afectada, implicando a diferentes profesionales:
-Educacional: los maestros adaptan la forma habitual de temario, por ejemplo con soportes visuales.
-Del desarrollo: terapia del habla y el lenguaje, terapia ocupacional o fisioterapia.
-Psicológico: para ayudar a sobrellevar estados de ansiedad, de estrés o de depresión de las personas con autismo.
-De la conducta: mejorar habilidades básicas de interacción social, actividades de la vida diaria (AVDs), favorecer los comportamientos deseables.
-Farmacológicos: no hay tratamientos médicos para su curación, pero a veces ayudan a paliar determinados síntomas como el insomnio o la depresión.
-Complementarios: suplementario a las terapias tradicionales, como la terapia artística y las intervenciones asistidas con animales.
El 2 de abril es el Día Mundial del Autismo, por lo que Margarita Morada se viste de azul, el color del autismo, al igual que el mar, que a veces está en calma y otras veces… no tanto.
Qué mejor collar para nuestra Maggie que la pieza de puzzle, símbolo del autismo, nuestro pequeño homenaje a niñ@s y adult@s con TEA que intentan encajar en la sociedad. Ojalá todos aportemos nuestro granito de arena para que todas ellas encuentren el hueco para encajar su pieza de puzzle, y aprendamos que no «están en su mundo» sino en el nuestro.
Fuentes:
«Investigaciones sobre el Autismo», Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver (NICHD).
«El niño al que se le olvidó cómo mirar». Juan Martos y María Llorente. Ed.: La esfera de los libros.